PROYECTO TRIMESTRAL DE MÚSICA CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
Escrito por Sonia Vega Díez, viernes 13 de abril de 2018 , 12:34 hs

En el CEIP VIRGEN DE LA ANIGUA estamos en contra de la violencia y por ello os presentamos este Proyecto trimestral que se ha elaborado en el aula de música por parte de los niños de primaria contra el Acoso Escolar.

Por suerte somos familias afortunadas y no lo sufrimos.

Con esta canción, realizada  con gran ilusión luchamos contra este gran mal .

No somos los mejores, pero si los que más ilusión le ponemos!

 

¡Gran trabajo hecho desde el área de Música!



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  • Visitas Ganaderias el jueves 9 de julio de 2020, 13:25 hs

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  • Abilerma R. el lunes 21 de julio de 2025, 21:45 hs

    Ignifugar estructura metálica: la barrera definitiva entre el fuego y la catástrofe

    Ignifugar estructura metálica: la barrera definitiva entre el fuego y la catástrofe.

     

    Protección pasiva contra incendios: la seguridad no se improvisa

    En estos tiempos donde la prisa por construir parece correr más rápido que la sensatez, conviene detenerse un instante —aunque sea entre soldadura y hormigón— para hablar de lo que de verdad mantiene en pie una estructura: su capacidad para resistir al fuego. Sí, porque de nada sirve levantar una nave, un centro logístico o un edificio de oficinas si a la primera chispa se viene abajo como un castillo de naipes. Y es aquí donde entra en juego, sin apelativos ni adornos, la ignifugación.

    Ignifugar no es una moda ni un tecnicismo, es una medida de supervivencia. Un edificio puede lucir fachadas de diseño, suelos pulidos y paneles de vidrio que harían palidecer de envidia a cualquier revista de arquitectura, pero si su esqueleto metálico no está protegido, todo ese esplendor es puro cartón piedra ante una emergencia.

    ¿Qué significa exactamente ignifugar una estructura metálica?

    Ignifugar es aplicar ciencia, técnica y sentido común. ignifugar una estructura metálica consiste en cubrir los perfiles de acero o hierro con materiales que frenan, detienen o desaceleran la propagación del calor. Cuando la temperatura se dispara —hablamos de más de 500 grados Celsius—, el metal pierde su capacidad portante en cuestión de minutos. La ignifugación retrasa ese punto de colapso, dando un tiempo precioso para evacuar, para intervenir, para no lamentar.

    No se trata de volver el acero ignífugo, porque eso sería como pedirle al agua que no moje. Se trata de envolverlo en una segunda piel, una capa que absorba el castigo térmico y mantenga la integridad estructural cuando todo a su alrededor se viene abajo.

    Ignifugar: una obligación crítica para edificios inteligentes

    A estas alturas, ya no vale con decir “bueno, es que nunca ha pasado nada”. Porque cuando pasa, ya es tarde. Y es aquí donde insistimos: ignifugar no es opcional. Es una parte esencial de cualquier estrategia de protección pasiva contra incendios. Es la diferencia entre resistir y caer, entre proteger el patrimonio o convertirlo en cenizas.

    En este punto del camino, el ignifugado de estructuras metálicas deja de ser una recomendación para convertirse en una exigencia moral, técnica y legal. No se puede levantar una infraestructura seria sin haber previsto este sistema.

    Tipos de ignifugación: cada método, un escudo distinto

    Hay varias maneras de ignifugar estructuras metálicas, y ninguna es mejor que otra si se aplica con criterio y conocimiento. Todo depende de lo que se quiera proteger, del entorno, del presupuesto y de las necesidades estéticas o logísticas del espacio.

    Pinturas intumescentes: esas que al calentarse se inflan como una mousse protectora. Son ideales para ambientes donde la estética importa y el espacio para aplicar materiales gruesos es limitado. Además, su aplicación es rápida y precisa.

    Morteros ignífugos: robustos, tradicionales, y eficaces. Yeso, vermiculita, perlita o cemento aplicados a golpe de llana o proyección mecánica, formando una capa espesa que aguanta el calor como una coraza romana.

    Paneles ignífugos: placas prefabricadas que se colocan como escudo y que ofrecen una gran resistencia térmica, especialmente útiles en entornos industriales donde lo visual no es la prioridad.

    Proyecciones con spray: para grandes superficies, ofrecen una solución homogénea y rápida, aunque requieren una ejecución profesional rigurosa.

    Ventajas de ignifugar estructuras metálicas: más allá del fuego

    Que sí, que ignifugar estructura metálica es proteger contra el fuego, pero también es mucho más:

    • Evacuación segura: ganar minutos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

    • Menores daños colaterales: el colapso estructural es lo que provoca la mayoría de las pérdidas.

    • Cumplimiento normativo: las leyes europeas no se andan con rodeos. Si no se ignifuga, no se aprueba.

    • Mayor durabilidad: el metal protegido no sufre deformaciones térmicas severas.

    • Revalorización del inmueble: un edificio seguro se vende y se asegura mejor.

    Ignifugar estructura metálica: precisión, técnica y experiencia

    A estas alturas, conviene dejarlo claro: ignifugar estructura metálica no es pintar con brocha gorda ni proyectar al azar. Es un trabajo que requiere análisis estructural, conocimientos sobre propagación térmica y un dominio técnico sobre los materiales aplicados.

    No se puede confiar esta labor a cualquiera. Solo equipos profesionales cualificados pueden garantizar que el recubrimiento tenga el espesor, adherencia y resistencia exigidas por la normativa. Porque si falla la protección, no habrá márgenes de error.

    Normativa y exigencias legales: no es una sugerencia, es una obligación

    La legislación española y europea establece criterios muy concretos sobre la resistencia al fuego de las estructuras. En muchos casos, el tiempo mínimo de resistencia exigido es de 90 minutos, lo que obliga a aplicar materiales certificados, ensayados en laboratorio y aprobados por organismos oficiales.

    No se trata solo de cumplir la ley. Se trata de ser conscientes de que una estructura sin ignifugación puede colapsar en menos de 10 minutos. Diez minutos. Eso es lo que separa una emergencia de una tragedia.

    Ignifugaciones distintas para materiales distintos: acero y hierro no son lo mismo

    Aunque a simple vista parezcan similares, el acero y el hierro tienen comportamientos distintos frente al calor, y por tanto, requieren estrategias diferentes para su ignifugación.

    El hierro, más masivo y denso, suele protegerse con pinturas intumescentes que se expanden al calor y crean una capa aislante.

    El acero, más común en estructuras modernas, se beneficia del uso combinado de morteros, paneles o proyecciones. Pero hay que tener cuidado: en ambientes húmedos o sometidos a ciclos de congelación y deshielo, los materiales deben ser especialmente resistentes a la humedad para no perder eficacia con el tiempo.

    Quien ignifuga, construye para durar

    Proteger lo construido no es una cuestión de azar ni de presupuesto. Es una declaración de intenciones. Porque levantar una estructura sin prever cómo va a responder al fuego es, sencillamente, una irresponsabilidad.

    Ignifugar no solo cumple con la normativa, no solo protege vidas y patrimonio: demuestra que se ha construido pensando en el futuro. En un mundo donde cada minuto cuenta cuando suena la alarma, disponer de una estructura metálica ignifugada puede marcar la diferencia entre apagar un incendio... o lamentarlo eternamente.



  • Abigail Lopez el sábado 29 de noviembre de 2025, 11:44 hs

    Normativa esencial de seguridad contra incendios en colegios: guía avanzada para un cumplimiento integral

    La seguridad frente al fuego en los centros educativos constituye un pilar esencial para la protección de miles de estudiantes, docentes y equipos profesionales que conviven diariamente en estos espacios. Garantizar que cada colegio cumpla con los parámetros más estrictos en materia de construcción, sectorización, evacuación y resistencia al fuego no solo responde a un marco legal, sino a una responsabilidad ética de primer orden. 

    En este contexto, el Código Técnico de la Edificación (CTE) se convierte en un referente indispensable para asegurar infraestructuras estables, seguras y resilientes, favoreciendo una gestión integral del riesgo y un entorno plenamente protegido ante cualquier contingencia relacionada con incendios.

    Cumplimiento técnico y optimización de diseño con Ardawest

    Los colegios requieren estructuras capaces de mantener la integridad del edificio durante un incendio, facilitando la evacuación segura y la intervención operativa. En este escenario, Ardawest surge como un recurso de referencia para quienes buscan implementar soluciones robustas, precisas y compatibles con los requerimientos actuales del CTE. 

    La incorporación de tecnologías y sistemas de protección pasiva permite que los elementos constructivos preserven su estabilidad durante el tiempo necesario para salvaguardar vidas y limitar los daños materiales. Estas medidas ofrecen una capa adicional de garantía en proyectos educativos nuevos o en procesos de renovación y mejora, priorizando siempre la sostenibilidad, eficiencia y cumplimiento reglamentario.

    Actualizaciones relevantes en noticias de empresas relacionadas con la seguridad estructural

    La búsqueda de innovación en la protección contra incendios ha impulsado a numerosas compañías del sector a desarrollar sistemas más eficientes, adaptados a las necesidades de los centros educativos. Las noticias de empresas especializadas en ingeniería de protección pasiva revelan tendencias en la implementación de pinturas intumescentes, morteros proyectados, soluciones para fachadas ventiladas y barreras cortafuegos que se integran de forma armónica con la arquitectura escolar. 

    Estos avances permiten optimizar la resistencia al fuego de estructuras metálicas, de hormigón o madera, aportando flexibilidad en el diseño y garantizando el cumplimiento de los estándares más exigentes en materia de seguridad.

    Requisitos normativos protección pasiva CTE DB-SI: claves para colegios seguros

    Los requisitos normativos protección pasiva cte db-si representan el marco técnico esencial que deben seguir los colegios para garantizar la seguridad frente a incendios. El documento DB-SI establece criterios rigurosos sobre compartimentación, resistencia estructural, propagación interior y exterior, evacuación, instalaciones de protección activa y condiciones para la intervención de bomberos. 

    Los centros educativos deben organizarse en sectores de incendio independientes, limitados por elementos constructivos con resistencias EI 60, EI 120 o superiores según riesgo y superficie. Las soluciones pasivas como puertas cortafuegos, sellados EI, sistemas de recubrimiento y dimensionado estructural se convierten en herramientas indispensables para mantener la estabilidad frente a temperaturas extremas que pueden alcanzar los 950 °C en condiciones reales de incendio.

    Aplicación técnica avanzada del CTE DB-SI en colegios y su impacto estructural

    El cumplimiento del DB-SI implica analizar la naturaleza de cada material empleado en la estructura del colegio y adoptar medidas específicas.
    En hormigón, el recubrimiento adecuado proporciona la resistencia mínima sin requerir intervenciones adicionales.
    En acero, los tratamientos con pintura intumescente R60 o R90 permiten prolongar su capacidad portante, evitando el colapso por la pérdida de resistencia mecánica ante altas temperaturas.
    En madera, el sobredimensionamiento garantiza que la capa carbonizada actúe como aislante protector.
    En fábrica, es habitual incorporar revestimientos adicionales que aseguren la estabilidad térmica.

    La correcta implementación de estos criterios determina la capacidad real del edificio para soportar un incendio y mantener las rutas de evacuación libres de derrumbes o desprendimientos.

    Sectorización, evacuación y accesibilidad: pilares de un diseño seguro

    El diseño de un colegio debe prever pasillos amplios, recorridos de evacuación inferiores a 35 metros y escaleras clasificadas según su nivel de protección. Puertas antipánico, señalización luminiscente, alumbrado de emergencia y accesos operativos para los equipos de extinción constituyen una estructura estratégica que coordina la protección pasiva con los sistemas activos.

    El CTE exige, además, que los colegios implementen soluciones que limiten la propagación por fachada y cubierta, evitando que el fuego salte entre sectores o plantas, especialmente en centros con patios interiores o zonas acristaladas.

    Control documental y certificaciones indispensables para la protección pasiva

    Cada producto incorporado en un colegio debe contar con certificación conforme a las normas UNE EN 13501-1 y UNE EN 13501-2, incluyendo ensayos de resistencia y reacción al fuego. La documentación debe estar actualizada, con marcado CE y fichas técnicas que acrediten su desempeño. En caso de sistemas especiales o no convencionales, el Informe de Idoneidad Técnica debe registrarse formalmente, garantizando transparencia y verificabilidad.

    Soluciones integrales para colegios más seguros y eficientes

    La combinación eficiente entre protección pasiva y activa permite que los centros educativos mantengan un estándar de seguridad homogéneo, sólido y duradero. La protección pasiva asume la carga estructural del riesgo, mientras que la protección activa mediante extintores, rociadores automáticos o columnas secas fortalece la capacidad de respuesta inmediata. Ambas líneas deben integrarse desde la fase inicial del proyecto arquitectónico para asegurar resultados óptimos.

    Un colegio verdaderamente seguro es aquel que se concibe desde la prevención, con estructuras capaces de resistir el fuego, elementos que ralentizan su propagación y sistemas activos que permiten controlarlo rápidamente. Así se logra un entorno educativo preparado, conforme a la normativa y enfocado en la protección integral de sus ocupantes.